Cosas que hay que tener claras si estás en 1º de Bachiller



“(…) Estamos en unos tiempos en los que las personas preocupadas por el aprendizaje, y por la promoción del aprendizaje conocida bajo el nombre de “educación”, han tenido que desplazar su atención de los misiles balísticos a los misiles inteligentes.”[1]
Antes de hablar de la programación propiamente dicha, es necesario detenernos a reflexionar detenidamente sobre qué entendemos por programar. Programar es sinónimo de preparar, planificar, diseñar y ordenar las ideas y las acciones que vamos a llevar a cabo para alcanzar un determinado objetivo. En sentido estricto, programar significaría prevenir racional y sistemáticamente las acciones que necesitamos llevar a cabo para la obtención adecuada de unos objetivos que han sido previamente establecidos.
La planificación es una exigencia que suele imponerse en muchos de los ámbitos de la vida humana si queremos obtener un determinado resultado, y en el proceso de enseñanza-aprendizaje, la planificación es de vital importancia si tenemos en cuenta que esperamos obtener la consecución de competencias y conocimientos por parte de nuestro alumnado para el éxito de sus habilidades relacionadas con la materia que impartimos que, además, se relacionan de forma directa con la relación que establezcan con sus propias vidas y que constituirán buena parte de las herramientas para la realización de sus “proyectos de vida”.
Así, dentro del ámbito del que nos ocupamos, es decir, dentro de la relación de enseñanza-aprendizaje que estableceremos con nuestro alumnado, programar significará elaborar un plan que nos facilite llevar a cabo nuestros objetivos, a este plan se le llama programación didáctica.
Sin embargo, aunque existen unos objetivos marcados por las leyes orgánicas educativas, cabe señalar que la diversidad del aula y la sociedad actual, obligan al docente a estar en un estado de alerta permanente para adaptarse a las necesidades de cada alumno y de cada alumna con el fin de procurar la misma calidad educativa a la heterogeneidad del grupo sin dejar de satisfacer la relación existente entre la educación y la vida. Esto quiere decir que la programación debe funcionar como guía pero el docente debe estar preparado para alterarla en cualquier momento que considere atendiendo a las necesidades del grupo para el que se programe.
2-    El marco legal del Bachillerato
2.1 Organización del Bachillerato
El Bachillerato es una etapa postobligatoria de la educación secundaria y, por tanto, tiene carácter voluntario. Según lo dispuesto en el artículo 26.2 del Real Decreto 1105/2014, el Bachillerato comprende dos cursos, se desarrollará en modalidades diferentes, y se organizará de modo flexible, a fin de que pueda ofrecer una preparación especializada al alumnado acorde con sus perspectivas e intereses de formación o permita la incorporación a la vida activa una vez finalizado el mismo.
2.2 Objetivos y fines:
La finalidad del bachillerato es la de “proporcionar a los alumnos formación, madurez intelectual y humana, conocimientos y habilidades que les permitan desarrollar funciones sociales e incorporarse a la vida activa con responsabilidad y competencia.”  
De conformidad con el presente artículo, el DOGV establece en su artículo 32 los objetivos y fines del bachillerato como sigue:
a) Profundizar en la acción educativa, para proporcionar al alumnado formación, madurez intelectual y humana, conocimientos y habilidades que les permitan desarrollar funciones sociales e incorporarse a la vida activa con responsabilidad y competencia.
b) Capacitar al alumnado para acceder a la educación superior.
c) Dotar al alumnado de una formación y unos conocimientos generales en relación con las competencias de carácter más transversal; junto con una preparación especializada, en el marco de la modalidad, y en su caso vía, de Bachillerato elegida.
d) Consolidar buenas prácticas que favorezcan un buen clima de trabajo y la resolución pacífica de conflictos, así como las actitudes responsables y de respeto por los demás.
e) Consolidar una escala de valores que incluya el respeto, la tolerancia, la cultura del esfuerzo, la superación personal, la responsabilidad en la toma de decisiones por parte del alumnado, la igualdad, la solidaridad, la resolución pacífica de conflictos y la prevención de la violencia de género.
 f) Potenciar la participación activa y democrática del alumnado en el aula y en el centro, así como en el ejercicio de derechos y obligaciones.
g) Desarrollar metodologías didácticas activas e innovadoras que incluyan el uso de métodos y técnicas de investigación por parte del alumnado para aprender por sí mismo, el trabajo autónomo y en equipo, la aplicación de los aprendizajes en contextos reales, y el uso sistemático de las tecnologías de la información y la comunicación.
h) Basar la práctica docente en la formación permanente del profesorado, en la innovación educativa y en la evaluación de la propia práctica docente.
i) Elaborar materiales didácticos orientados a la enseñanza y el aprendizaje basados en la adquisición de competencias.
 j) Emplear el valenciano, el castellano y las lenguas extranjeras como lenguas vehiculares de enseñanza, valorando las posibilidades comunicativas de todas ellas.
3-    La materia de Filosofía en el bachillerato
La materia Filosofía tiene como meta que el alumnado sea capaz de pensar y comprender, abstrayéndose racionalmente del campo concreto estudiado en cada una de las otras materias, para centrarse en aquello que caracteriza específicamente a la Filosofía, esto es, reflexionar, razonar, criticar y argumentar, utilizando el modo de preguntar radical y último que le es propio, sobre los problemas referidos a la totalidad de la vivencia humana, y ello sin dejar de lado su capacidad de transformación y cambio tanto del individuo como de la sociedad.
Así que, podemos decir que la principal, pero no la única, justificación de la presencia de la asignatura de Filosofía en el Bachillerato es la de promocionar esta actitud reflexiva y crítica desde la cual el alumnado someta a consideración y análisis tanto la diversidad de aspectos de nuestra propia experiencia como los problemas fundamentales que plantea cada uno de ellos y sus relaciones.



[1] La educación en un mundo líquido, Zygmunt Bauman.

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